Ante los pibes de Boca, San Lorenzo festejó su paternidad clásica ganándole 3-0 con gran partido de sus jóvenes: goles de Verón, Buffarini y Correa. Silva falló un penal y el equipo de Bianchi llegó a 12 partidos sin ganar.
¿Por qué debe importarle a San Lorenzo que Boca guarde jugadores para la Libertadores? ¿Por qué le tendría compasión a un equipo al que los chupetines de Ramón le caen justo? ¿Por qué esta defensa de Boca debería mostrar mejor coordinación y solidez si la titular también tambalea?
Los jugadores de San Lorenzo aprovecharon la oferta y le metieron una goleada a Boca que termina dejando al equipo de Bianchi con el récord de 12 fechas sin ganar, dando pena por el fondo de la tabla.

Boca salió a la expectativa no se sabe de qué. Durmió por las bandas y en un centro que no debería haber llevado problemas se creó un dolor de cabeza porque nadie hizo lo suyo. Todos fueron anticipados, la reacción fue sólo de los del Ciclón. El 1-0 de Verón fue una postal de lo mal que se puede defender.
El equipo de Bianchi nunca encontró equilibrio en alguna de sus líneas. Ni en la recuperación, ni en la creación de juego, ni en la reacción que pareció querer iniciar Escalante, ni con la entrada de Viatri. Ni, ni, ni. Sufrió con Correa que apiló jugadores como en el baby fútbol. Encima, ni el tiro del final le salió como para salir menos lastimado (Silva mandó un penal a la tribuna).
Una goleada más, una herida más para un hincha que se aferra al gran triunfo por la Libertadores ante el Corinthians pero que no le gusta ni un poquito verse ahí en el fondo de la tabla del torneo local. Un triunfo más de un equipo que se recargó a sí mismo con los pibes, los que además de chupetines, se comieron el clásico que terminó con la gente festejando “la paternidad” clásica.
Fuente. Diario Olé.
Editado por Sólo Fútbol.
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