El Colectivero le ganaba 1 a 0 a Rosario Central a los 42 del primero. Minutos después el árbitro Lamolina vio un penal inexistente que atajó Gaona. En el segundo tiempo, siguieron los mamarrachos del juez: cobró infinidad de faltas que solamente él vio, y de una de ellas llegó el empate, casi sobre el final del partido. El triunfo de Rosario Central llegó una vez más, con ayuda del árbitro en tiempo de descuento gracias a un tiro libre dentro del área del conjunto misionero que se fue en medio de fuertes protestas. El Colectivero, perdió una gran chance de volver a soñar con la permanencia. Jugó un gran partido, pero Nicolás Lamolina, el 'personaje' que se llevó todo el protagonismo de la noche, le robó la ilusión y le quitó tres puntos que valían oro para Crucero. Lamentable.
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